Una espada hecha con la sangre de tus enemigos

Imaginemos que eres un malvado villano, digno de las más atroces y espeluznantes historias de George R.R. Martin y que quieres forjar una espada, pero no tienes hierro a mano.
Por fortuna, tienes muchos humanos adultos a mano. Esos humanos tienen sangre, la sangre tiene eritrocitos, los eritrocitos tienen hemoglobina, y la hemoglobina tiene hierro. Sabemos a dónde nos lleva todo esto, ¿verdad?

No tengamos en cuenta el hecho de que si tienes una forja para hacer una espada tienes un yunque, un martillo y otras herramientas que también puedan tener hierro aprovechable. No tengamos en cuenta que para extraer el hierro de la sangre probablemente necesites hornos o cantidades ingentes de productos químicos, eso es lo de menos. Eso por no mencionar instrumental de charcutería / laboratorio.
Olvidémonos de todo eso, todo eso, eres un despiadado villano,  y se te ha metido en la cabeza que la espada infame que debes portar mientras galopas a la batalla con la melena al viento tiene que estar hecha de la sangre de tus víctimas. Algo que engrandecerá tu aterradora leyenda. 

Una espada larga media

Para simplificar, demos por supuesto que hemos encontrado un procedimiento tan eficiente que podemos aprovechar el 100% del hierro presente en la sangre, y el 100% de la sangre presente en un cuerpo humano. La cuestión de la espada también es importante. No pesa lo mismo una espada ropera que una larga o una de mano y media.
Una espada larga pesa entre 1,1 y 1,8 kilos. Si nos quedamos en el medio de esa horquilla tenemos una espada de mano y media de tres libras o 1.361 gramos. No vamos a entrar a valorar cuestiones como el peso del cuero necesario para forrar la empuñadura o de otros adornos. Para cuando terminemos nuestra obra posiblemente tengamos piel y huesos humanos de sobra como para hacer auténticas virguerías.

    Según boundless un eritrocito o glóbulo rojo contiene 250 millones de moléculas de hemoglobina. Cada molécula de hemoglobina consiste en cuatro cadenas (dos alfa y dos beta) y cada una de ellas tiene un grupo hemo. En otras palabras, cada molécula de hemolobina contiene cuatro átomos de hierro. Esto significa que cada eritrocito tiene 250.000.000 x 4 = 1.000.000.000 átomos de hierro (mil millones).

    Según Wikipedia, un humano adulto tiene entre 20 y 30.000 millones (trillones en la nomenclatura de Estados Unidos) de glóbulos rojos en su sangre. Si asumimos una cifra óptima, eso significa que cada adulto tiene en su sangre 3x1022 (30.000.000.000.000 x 1.000.000.000) átomos de hierro listos para cosechar.

    Llega la parte química, -atentos profesores de instituto.- Para averiguar la masa de esos átomos necesitamos calcular cuántos moles de hierro son 3x1022 átomos. Un mol es una unidad de medida que equivale a 6,02x1023 veces el número de Avogadro Eso se traduce en (3x1022 )/(6,02x1023 ) = 0.0498 mol.

    Ahora solo queda multiplicar ese número por la masa atómica del hierro (55,845) para calcular cuántos gramos de hierro tiene una persona. 0,0498 x 55,845 = 2,78 gramos de hierro por persona.

    Asumimos una espada que pese tres libras (1.361 gramos), pero las espadas se hacen de acero al carbono, no de hierro "pelao", y eso quiere decir que no todo el peso del arma es hierro puro. La proporción máxima de carbono es del 2,1% por masa. El 2,1% de 1.361 gramos es 28,581. En otras palabras, que solo necesitamos cosechar 1.332,419 gramos de hierro (1.316 - 28,581).

    Ya llegamos al final. Si dividimos la cantidad de hierro que necesitamos por la que encontramos en cada “voluntario” nos sale 479,3 (1.332,419/2.78 = 479.3). Redondeando, nos hacen falta 480 personas.Por supuesto, esto es solo un cálculo. Si tenéis correcciones, cifras propias o experiencia en desangrar humanos (con fines puramente metalúrgicos) nos encantaría escuchar vuestros comentarios.


1 comentario:

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